jueves, 2 de octubre de 2008

No hay literatura PARA lesbianas

Hace una semana o así fui a Londres con mi madre y el firme propósito de comer todo lo q pudiésemos (incluidos dos afternoon teas, uno tras otro; no he comido tanto sándwich de pepino ni tanto scone con clotted cream en mi vida! Aunque la verdad que nadie me supera en el tema de la cantidad de te que puede caber dentro de un ser humano segundos antes de que explote).
En fin, como no, nos dimos un paseíto (de medio día, varias veces) en la famosísima librería Hatchard’s, un paraíso que lleva funcionando desde mil setecientos y pico. ¿Y que veo? Una sección llamada “Gay & Lesbian” a lo que se me volvieron los ojos del revés, me callo una lagrimilla y mis piernas fueron andando solas hacia allá. En mala hora.
Llego,y ¿que veo? Tres miseras columnas de baldas cuyos tres cuartos eran sobre homosexuales HOMBRES (mayormente tiernas historias de amor con modelitos de gimnasio en la cubierta, con fondo a) una cama deshecha, para que luego me digan que la originalidad no ha muerto, o b) una ventana abierta, idem. El resto creo que era una mezcla entre vidas de famosillos gays y algun manual de instrucciones. Aproximadamente correcto, aunque pobrisimo en contenido.

Pero como a mi los gays (a los que adoro y respeto, esta claro) no me interesan en el apartado literatura, me dirigi a la seccion (MEDIA misera columna de baldas) lesbiana, que es lo que me interesa (y no solo en literatura, ni mucho menos).
Y ¿Qué veo? ¿ Puede ser cierta esta situación? Pues lo era. Esa media misera seccion estaba dedicada EXCLUSIVAMENTE, quiero dejar claro esto, sin una sola excepcion, a libros sobre lesbianas, si: bolleras al poder etc. Incluso ficcion. De hecho solo ficcion, pero no importa, sobreviviremos de este trauma. ¿Cuál es mi problema ahora, y el del resto de la comunidad lesbiana mundial?

Que era todo porno. Exclusivamente. Casi histérica de rabia y preocupación (¿a donde irá este mundo?) abrí uno con el memorable titulo de (algo parecido a) “Noches exóticas entre chicas” (ohdios ohdios , quien se lo iba a imaginar, va de tías en bolas perdidas en una isla sin otra cosa que hacer más que folletear todo el puto día como si una vez que falta el macho las chicas no tenemos otra cosa que hacer que ponernos a actuar todo lo que le gustaría ver si estuviese aquí presente. Personalmente, a mi me la pela si el macho esta o no esta y a que distancia, porque lo que hago con chicas no tiene nada que ver con el: tanto es así que excluyo totalmente a todos los hombres de cualquier relación sexual. Es un concepto claro y bien conocido, pero lo dejo escrito porque el tema de ¿Qué hacen las tías SIN los tíos? Parece que es poco claro a veces en la mente del paisano).
Ah, y todas, por lo que conseguí entender con mi breve ojeada, absolutamente femeninas (ya no digo que seguramente en realidad eran todas bisexuales), tipo pecho enorme, bikini enano, pelo larguísimo, continuamente sudadas o algo parecido. Pero del sudor que no huele eh. Que las lesbianas no son personas de verdad, hemos dicho. Fijo que hasta hay tíos que creen que a las lesbianas no nos crecen las uñas por naturaleza tampoco.

Y a eso se limitaba toda la oferta sobre homosexualidad femenina de Hatchard’s. Y mi pregunta es, ¿es que no existe otra dimensión de esta que NO trate de porno? O es que las lesbianas en realidad no son humanas sino animales de sexo que no funcionan si no hay alguien (obviamente hombre) para apreciar sus habilidades?

O bien, porque el sexo lesbico parece que siempre que ser puro morbo y perversión? De verdad, creo que esto es para hombres que nunca han hecho el amor sino que siempre han circulado por la vida follando todo lo follable, y por eso no saben distinguir entre el porno y las relaciones sexuales entre dos PERSONAS.

Concluyo: hay dos dimensiones del mundo homo-femenino (porque decir lesbianO suena contradictorio):

El que nos hacemos nosotras mismas, con nuestra cultura, nuestra gente y nuestros sentimientos absolutamente naturales, bonitos, románticos, viciosos, perversos, lo que sea;
Y aquel en el que nos categorizan (no quiero repetirme demasiado pero una vez más me estoy refiriendo a los hombres): un mundo donde solo importa tirarte a quien puedas (la de las tetas más grandes, naturalmente, y totalmente femenina porque a pocos tíos les ponen las chicas masculinas) las veces que puedas, de las formas más imaginativas posibles de la mente masculina.

Las lesbianas no tenemos que pedir la cuenta a nadie de cómo, cuanto, y a quien follamos, igual que no piden eso de los/as heteros. Somos personas iguales que las demás: porque se vigila con morbo a Sara y Carmen (y con miedo a Pedro y Juan) y con cierto asco a todos los homos, mientras que a Adán y a Eva se les deja en paz? Porque Adán y Eva estan clarísimamente metidos en sus arquetipos correctos: los demás son desviaciones diabólicas de la naturaleza.

Y ya que la desviación diabólica de dos mujeres juntas calienta tanto a los hombres (incomprensible porqué, ya que donde están dos mujeres convencidas del sexo de su pareja difícilmente cabe un tío) se aprovecha al máximo el conjunto para entretener al publico.

Porque el porcentaje de población que realmente se dedica a esto, a ir con gente de su mismo sexo, no merece considerarse más que a la hora sagrada de producir tal inmortal literatura.

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